El overtourism se ha convertido en un tema cada vez más relevante en España y a nivel global. Sin embargo, la llegada de turistas y el gasto que generan continúan en aumento. Durante los primeros siete meses de 2024, los turistas internacionales aportaron de manera significativa al PIB del país, con un gasto superior a 71 mil millones de euros, lo que supone un incremento del 18,6% en comparación con el año anterior, según datos del gobierno español. Entre enero y julio de 2024, el número de pasajeros aéreos internacionales creció un 12%, y aunque en agosto el crecimiento se desaceleró, llegó al 9,6%, lo que se tradujo en 11,1 millones de llegadas en un solo mes.
Cataluña, las Islas Baleares y las Islas Canarias (en ese orden) fueron los destinos españoles más visitados, manteniendo la tendencia de 2023. El 13,8% de los pasajeros aéreos internacionales procedía de Alemania, y casi la mitad de ellos (47,2%) eligió las Islas Baleares, siendo Mallorca su destino preferido.
Mallorca, uno de los destinos mediterráneos más populares, destaca por su diversidad y ofrece una amplia gama de actividades durante todo el año. Sin embargo, detrás de su atractivo y popularidad se oculta una narrativa compleja impulsada por el turismo, un fenómeno que afecta a muchos destinos pequeños: la relación entre turistas y residentes. En Mallorca, una población de menos de un millón de habitantes se enfrenta a más de diez veces su número en turistas durante los concurridos meses de verano.
Al analizar el impacto de este fenómeno, exploraremos cómo el turismo ha transformado la economía de Mallorca, los desafíos relacionados con la vivienda y la presión ambiental, así como las medidas que se están implementando para fomentar la sostenibilidad.
La fundamental transformación económica y el crecimiento de Mallorca
El turismo ha sido el motor clave en la transformación económica de Mallorca, cuya economía se basaba principalmente en la agricultura a desarrollar una próspera economía de servicios. En 2021, el turismo representó aproximadamente el 45% del PIB de la isla, equivalente a 30,32 mil millones de euros, posicionándola como la duodécima mayor economía de España. Este sector es fundamental, ya que genera el 35% del empleo de la isla, con más de 200,000 puestos de trabajo directamente relacionados con el turismo.
En 2023, las Islas Baleares experimentaron un notable crecimiento económico del 3,7%, superando la media de España (2,5%) y la de la UE (0,4%). Este auge fue impulsado por la llegada de 22 millones de pasajeros, de los cuales 14,4 millones eran turistas, quienes contribuyeron con 17.220 millones de euros a la economía local. Las proyecciones para 2024 siguen siendo optimistas, anticipando un crecimiento del 3,5% y subrayando el papel crucial del turismo como motor de la prosperidad económica.
No obstante, la dependencia económica del turismo ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad y la resiliencia. La pandemia de COVID-19 fue un claro recordatorio de esta vulnerabilidad, evidenciando cuán rápidamente puede tambalearse la economía cuando el turismo se detiene.
Los impactos del turismo en un contexto más amplio
Este crecimiento turístico ha impulsado el desarrollo de infraestructuras, servicios de hostelería y sectores relacionados, contribuyendo al progreso económico en general. No obstante, el impacto del turismo trasciende lo económico; ha enriquecido a Mallorca tanto cultural como gastronómicamente, ya que la llegada de visitantes internacionales ha introducido diversas influencias, a la vez que ha promovido y reforzado el patrimonio único de la isla.
No obstante, los beneficios del turismo también conllevan desventajas. El rápido incremento en el número de turistas ha ejercido presión sobre los recursos e infraestructuras locales, especialmente en lo que respecta a la vivienda y la sostenibilidad ambiental. Esta dependencia ha agravado problemas sociales preexistentes, como el aumento del coste de vida para los residentes, dado que la demanda de alojamientos turísticos supera la oferta de viviendas disponibles.
Desafíos de la vivienda y el overtourism
Uno de los problemas más urgentes derivados del overtourism en Mallorca es la crisis de vivienda. La proliferación de apartamentos turísticos se ha convertido en una gran preocupación, con más de 154,000 camas disponibles para turistas. En Pollença, por ejemplo, hay 16,865 plazas turísticas en un municipio de apenas 17,279 residentes. Sorprendentemente, alrededor del 90% de estos alquileres son ilegales, y casi un tercio de las propiedades residenciales se han destinado a uso turístico. Esta tendencia limita drásticamente la vivienda disponible para los locales, aumentando los alquileres y deteriorando la calidad de vida de los residentes.
En respuesta a estos desafíos, el Consell de Mallorca ha anunciado medidas para reducir el límite de camas turísticas de 430,000 a 412,000, lo que representa una disminución del 4.2%. Esta iniciativa busca estabilizar la oferta de alojamientos vacacionales, destinando 308,000 camas a hoteles y 104,000 a propiedades de alquiler. Estos esfuerzos regulatorios son esenciales para equilibrar el crecimiento del turismo con las necesidades de la comunidad local.
Presión ambiental y social
El crecimiento del turismo ha tenido efectos negativos en la calidad del servicio y la sostenibilidad ambiental. Un estudio de la Universidad de las Islas Baleares destaca que la capacidad de la isla para gestionar millones de visitantes—que a menudo superan a la población local—se ha visto comprometida. Esta afluencia ha generado desafíos ambientales, como la escasez de agua, la contaminación y un incremento en la generación de residuos.
En 2023, las Islas Baleares recibieron más de 2.5 millones de pasajeros de cruceros, lo que supone un aumento del 45% con respecto al año anterior, aunque todavía por debajo de los niveles prepandémicos. Palma de Mallorca, un destino clave para los cruceros, enfrenta desafíos adicionales debido a este incremento. Un estudio de 2020 reveló que las extracciones de agua dulce por parte de los cruceros en el puerto de Palma habían aumentado considerablemente en la última década, correlacionándose directamente con el crecimiento de las actividades de cruceros. Considerando que, cada crucero con puerto base consume, en promedio, 628 m³ de agua dulce por atraque, se agrava la presión sobre los recursos locales.
Sostenibilidad y gestión del agua
El gobierno local reconoce la urgencia de abordar los desafíos de sostenibilidad, especialmente en lo que respecta a la gestión del agua. El cambio climático agrava la escasez hídrica en la isla, con el aumento de las temperaturas y las alteraciones en los patrones de precipitación que provocan sequías recurrentes, sobre todo durante las temporadas altas de turismo. La creciente demanda, tanto por parte del turismo como del crecimiento poblacional, ejerce una presión adicional sobre estos recursos limitados.
Para hacer frente a estos problemas, el gobierno está considerando modelos de turismo sostenible, incluida la implementación de un impuesto turístico destinado a financiar proyectos de restauración ambiental. Asimismo, se está revisando el consumo de recursos por parte de los establecimientos de lujo, ya que las autoridades buscan equilibrar el desarrollo turístico con la preservación del medio ambiente.
Se están llevando a cabo esfuerzos para promover prácticas más sostenibles, fomentando comportamientos de turismo responsable y mejorando la infraestructura para atender las necesidades locales. Sin embargo, es fundamental implementar respuestas inmediatas y coordinadas para garantizar la disponibilidad de agua tanto para residentes como para visitantes.
Conclusión
El turismo ha sido fundamental en la transformación económica de Mallorca, modernizando la isla y generando numerosas oportunidades laborales. Sin embargo, este crecimiento acelerado ha planteado serios retos de sostenibilidad y ha impactado la calidad de vida de los residentes. Por ello, es más importante que nunca lograr un equilibrio entre los beneficios económicos y la conservación del patrimonio natural y cultural de Mallorca.
Para asegurar un futuro sostenible, es crucial implementar estrategias de gestión eficaces y adoptar prácticas de turismo responsable. Al priorizar el bienestar de los residentes y del medio ambiente, Mallorca podrá continuar siendo un destino de primer nivel mientras preserva su carácter único para las generaciones venideras.
En resumen, el caso de Mallorca subraya la complejidad del turismo y la necesidad de abordar los efectos del overtourism. A través de esfuerzos conjuntos y un enfoque en la sostenibilidad, es posible lograr una coexistencia armoniosa entre turistas y comunidades locales, asegurando que Mallorca siga siendo un destino vibrante y apreciado a lo largo de los años.
Fuentes:
Instituto Nacional de Estadística (INE)
Radiografía de la crisis de la vivienda en Baleares y Canarias (rtve.es)
Mallorca reduce el techo de plazas turísticas a 412.000 (rtve.es)
https://dspace.uib.es/xmlui/handle/11201/152564?show=full